Lo prometido es deuda, y aqui sigue fallen hablando de uno de sus temas favoritoss *___*
Mmm... veamos, seguire con algunas criaturas.
EL SUMICIUEs menos conocido que el Trasgu, pero al igual que este, es un duende. Se le asocia con los despistes y las desapariciones de los objetos siendo muy habitual en Asturias oir la expresió "Llevolu'l sumiciu" (Lo llevó el sumicio) o "Paez obra del sumiciu" (Parece obra del sumicio). Es de un tamaño sumamanete pequeño, o invisible, ya que nunca se le suele ver.
LA GUAXA (esta me daba muchisimo miedo de pequeñita TT___TT)
Es un ser tenebroso, representado con forma de mujer vieja, que pela nueces. Entra en las casas, especialmente en las que hay bebés, para matar a los niños y beber su sangre.
EL NUBERUTambien conocido en el occidente como Reñubeiru o Xuan Cabrito, es la divinidad de las nubes y las tormentas. Se representa como un hombre con basba tupida, que viste pieles de oneja, y un sombrero de ala ancha.
Puede ser muy dañido con las personas, estropeando pastos y sebrados, pero tambien puede ser beneficioso con los que le ayuden.
El mito nos cuenta que vive en Egipto. Una vez vino a Asturias, montado en las nubes, teniendo la mala suerte de caer en la tierra. Pidio auxilio y nadie le ayudo. Entrada la noche, un pobre campesino se apiadó de el y lo mantuvo en su casa. En gratificación, todos los años regaba bien sus tierras y aumentaba sus sembrados. Años despues, este campesino tuvo que efectuar un viaje a Egipto, y se enteró de que su amada, despues de tantos años de ausencia decidió casarse con otro. Entonces el campesino le pidió ayuda al nuberu, que lo montó en una nube, llegando a tiempo para impedir la boda.
En los pueblos, para evitar la llegada del nuberu, tocaban la campana de la iglesia.
Y aqui os dejo una leyenda preciosa, que me sabia de niña, sobre una Xana que vivía en una fuente en Avilés, mi ciudad.
"La Fuente de La Xana"En el siglo VIII, el rey Mauregato de la pequeña monarquía asturiana, se había comprometido con los musulmanes a entregarles 100 doncellas cada año para desposarse con ellas.
El rey, celoso de su pacto, elegía cuidadosamente a las doncellas mas bellas del reino para ser entregadas. Un nutrido grupo de guerreros recorría ciudades y aldeas para elegir a las doncellas y éstas, pese a oponer resistencia, eran llevadas por la fuerza.
Sucedió un día que los guerreros se enteraron de que en Illas (Avilés), existía una joven muy bella, y raudos, hacia allí encaminaron sus pasos.
Belinda, que así se llamaba la joven, sin sospechar en un principio los deseos de los visitantes, los recibió amablemente, pero cuando fue capturada, con gran habilidad consiguió que sus guardianes le permitieran ejecutar bellas danzas y canciones.
La joven les ofreció bailar para ellos una danza maravillosa, pero esta tenía que ejecutarse en el campo, a la luz de la luna. Los guerreros, encantados con la gracia de Belinda, accedieron a su deseo y aquella misma noche salieron al campo.
Una vez que se vio libre, la joven corrió desesperadamente hasta una fuente no muy lejana con el deseo de esconderse en aquel lugar y asi burlar a sus captores.
Una vez en la fuente, oyó con gran sorpresa como de su interior salía una voz que le decía: "Si quieres ser tu mi xana vivirás días dichosos". La joven, al oír estas palabras, preguntó que debía hacer para convertirse en xana; la respuesta no se hizo esperar: "Bebe un sorbo de mi agua, y te verás libre de los soldados y acabarás con el tributo". Belinda así lo hizo y se convirtió en una joven de belleza sobrenatural.
Cuando los soldados llegaron al lugar intentaron capturarla de nuevo, pero la joven xana los miró con sus maravillosos ojos verdes e inmediatamente todos los soldados se convirtieron en carneros.
Los días pasaron y el Rey, impaciente, viendo que sus soldados no volvían, mando otro grupo a Illas para cumplir su orden, pero estos tampoco volvieron.
El Rey, alarmado, mando reunir a todos sus soldados y, a la cabeza del ejercito, se dirigió a Illas. Cuando llego al lugar pudo ver una gran cantidad de ovejas y carneros que pastaban apaciblemente alrededor de una fuente en la que se encontraba sentada una joven hermosísima que hilaba blancos copos de lana.
Viendo que se trataba de un ser sobrenatural, se dirigió a ella y le pregunto si había visto a sus soldados, a lo que la xana le respondió que el no había enviado soldados, sino corderos. El Rey, enfurecido, contesto: "Repito que eran soldados, como los que vienen detrás de mi", a lo que la xana contesto burlonamente: "También son corderos, y tu puedes ser el pastor".
El Rey volvió la cabeza y pudo ver como todo su ejercito se había convertido en un rebaño de mansos corderos; asimismo, sus lujosas ropas se habían transformado en las pobres prendas de un pastor. Entonces, tembloroso, suplico a la xana que deshiciera el encantamiento y que el se comprometería a cumplir lo que ella deseara.
La joven le pidió que renunciara al tributo de las cien doncellas, cosa que el Rey acepto de inmediato y mando un mensajero al reino musulmán para que explicara que el pacto quedaba roto ante la imposibilidad de cumplirlo.
Desde entonces las doncellas no volvieron a ser capturadas.
La fuente de la Xana todavía se conserva próxima a Avilés.